DÍA 2 de nuestro viaje a Baviera en 6 días: Nuremberg: Palacio de Justicia, Centro de Documentación sobre la Historia de los Congresos del Partido Nazi, Grosse Strasse, centro de Nuremberg (2 de abril de 2016).

Tras ponernos las botas con el desayuno buffet del hotel mientras un grupo de niños austriacos que iban a una competición de judo nos miraban anonadados (estamos acostumbrados), nos pusimos en camino hacia uno de los platos fuertes del viaje.
En el Palacio de Justicia de Nuremberg tuvieron lugar los famosos juicios a los nazis y es, por lo tanto, uno de los lugares más importantes en la Historia del siglo XX. Decidimos ir caminando, aunque se tarda un rato desde el centro (más o menos 40 minutos) porque hacía un día buenísimo y porque nos encanta callejear y descubrir “los barrios”, donde vive la gente corriente.
Por el camino nos llamó la atención lo normalizado que está el tabaco en la sociedad bávara, no nos lo esperábamos en absoluto, y alucinamos al ver máquinas de tabaco en cualquier esquina y marquesinas con publicidad, algo prohibido desde hace años tanto en España como en Italia e Inglaterra.

Nos encontramos con un pequeño parque monísimo, que sí “cumplía los estereotipos” alemanes al estar bastante cuidado, con sus niños rubios bien portados y hasta un armario para compartir libros. Nosotros somos unos lectores empedernidos y nos encantó esta idea


El Palacio de Justicia es visita obligada para cualquier persona interesada en la historia que visite Baviera. El plato fuerte es la sala 600, que se mantiene en uso, vamos, que si el día que vais se está celebrando un juicio, lo cual puede pasar, os quedaréis sin poder acceder a la sala.
Los Juicios de Nuremberg tuvieron lugar aquí mismo entre noviembre de 1945 y octubre de 1946, por iniciativa de los Aliados, vencedores en la Segunda Guerra Mundial. En estos procesos se juzgó a la cúpula del partido nazi (a los que quedaban, porque muchos huyeron o se suicidaron) por crímenes contra la paz, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, sentenciándose a la mayoría de ellos. Es conocido que éstos personajes solían excusarse con un “yo solo cumplía órdenes”.

Es una sensación un poco rara estar sentado justo ahí, donde hace años se sentaron los criminales, en un lugar que hemos visto tantas veces en documentales o recreado en películas, y es que la sala tan sólo ha sufrido pequeñas modificaciones desde entonces, manteniendo incluso pequeños detalles, como el reloj de pared.

Tras exprimir al máximo la experiencia en la sala 600, pasamos a visitar la exposición, que recoge muchísima información sobre los juicios y también un repaso a la historia del nazismo y a otros juicios por genocidio a lo largo de la historia.
Definitivamente merece la pena la visita, que creemos que puede hacerse en una hora u hora y media, aunque nosotros estuvimos casi tres, y es que ¡no queríamos perdernos nada!

La entrada cuesta 5€ pero por 2’5€ más pueden visitarse otros museos el mismo día, así que es lo que hicimos para poder visitar los dos lugares que vamos a ver hoy por 7`5 en vez de 10€.
La audioguía está incluida en ambos porque ¡atención! los paneles de las exposiciones sólo están escritos en alemán. Se pierde bastante información si no sabes alemán, incluso con la audioguía (por ejemplo, los pie de foto no se incluyen en el audio). Nos pareció bastante increíble, y también nos fastidió un poco, que no hubiera traducción aunque sea solo al inglés en un sitio tan importante históricamente.
Tras los juicios de Nuremberg, nos fuimos al lugar completamente opuesto en términos históricos para el partido nazi alemán, el Centro de Documentación sobre la Historia de los Congresos del Partido Nazi (dentro del Nazi party Rally Grounds).
Está bastante retirado del centro y nosotros, que somos unos brutos, fuimos caminando desde la estación central (unos 45 minutos) porque fuimos incapaces de encontrar el tren, ni preguntando, nada. Al ver trenes pasar de largo, o el supuesto tren cambiar de plataforma,etc, suponemos que, al ser fin de semana, no habría o sería uno diferente, y es que estaban diciendo algo por la megafonía pero, obviamente, no entendimos ni papa.
Ojo porque, en Alemania, la mayoría de las cosas está escrita únicamente en alemán, excepto los lugares muy muy turísticos, lo que dificulta un poco el moverse) así que, después de comernos la cabeza un rato y de perder tiempo y energía (y nervios) decidimos comprar unos bocatas y unos chocolates en la misma estación, bastante bien tanto de sabor como de precio, y echar a andar.

Una vez en el complejo Nazi party Rally Grounds (creemos que no tiene denominación como tal en español), lo que vimos fue el Ehrenhalle, que en sus tiempos fue un monumento de homenaje a los muertos de la primera guerra mundial, usado por los nazis con fines propagandísticos, de hecho allí tenían lugar muchas de las concentraciones de millares de militares, perfectamente alineados e impertérritos, escuchando los discursos de Hitler, que hemos visto tantas veces en documentales (o en los famosos vídeos manipulados, con ese führer reaccionando enfadadísimo).
Pone la piel de gallina ponerse delante, en la posición en la que estaría “el tipo de los bigotes”, como nos referíamos a él por la calle en Nuremberg (y es que no hablábamos de otra cosa) enfrente de sus ejércitos, y tan solo 80 años después ver grupos de amigos jugando al badminton o familias montando en bici disfrutando de un día de sol.


El Kongresshalle, convertido en Centro de Documentación, fue construido como un lugar de reunión cubierto, pero realmente no fue usado nunca porque la guerra comenzó antes de que estuviera acabado. Allí disfrutamos de una exposición muy, muy completa sobre la historia del nazismo y la Segunda Guerra Mundial. Nosotros, que somos unos apasionados del tema, nos empapamos al máximo y estuvimos dentro unas dos horas, aunque pensamos que una hora podría ser suficiente.

Es bastante impactante ver las fotos antiguas e intentar comprender la magnitud que este espacio tenía, desde luego todo un ejercicio de megalomanía.



Es muy curioso que justo al lado del Centro había una feria, con sus atracciones, sus puestos y su gente disfrutando, y volvimos a pensar en cómo puede cambiar tanto un lugar en unas décadas, y en lo que tuvieron que pasar los pueblos de Europa hace apenas unas décadas para que nosotros ahora estuviéramos mejor… y esperamos que no haya sido en vano.


Atravesamos la feria para pasar por la Grosse Strasse, ¡en buena hora! Estábamos cansadísimos ya después de todo el día de caminatas y museos… y nos pegamos la madre de las caminatas. No sabríamos decir cómo de larga era exactamente, pero a nosotros se nos hizo eterna, hasta que por fin llegamos al metro.

Ya en el centro, nos dispusimos a disfrutar del AMBIENTAZO, con mayúsculas, de la tarde de sábado en Nuremberg, con todo el centro lleno de terracitas llenas de gente. Había, además, un montón de camareros italianos, con lo que, además de comer, disfrutamos de otra de nuestras pasiones: aprender de la gente que conocemos viajando.
La verdad es que no esperábamos encontrarnos esta cultura de la terracita y el “jiji jaja” en Alemania, así que otro estereotipo derribado gracias al viajar!!


Viviendo en Londres echamos muuuuucho de menos estar al aire libre, la cultura de la terracita y el pasear por pasear, así que disfrutamos mucho de ese rato, además de las bruschette que nos zampamos en la primera terraza enfrente del río y de los crepes dulces de la segunda en la Plaza del Mercado.


- Ver Día 1: Llegada a Nuremberg y paseo por el centro
- Ver DÍA 3: Rothenburg ob der Tauber, Dinkelsbuhl y Nordlingen
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hola Excelente la información, muchas gracias! quisiera saber donde se compran los tickets por internet o en el mismo lugar, agradezco la info que pudieran brindarme.
¡Hola Gilda!
Muchísimas gracias 🙂
Nosotros compramos los billetes allí mismo, en la taquilla. No suele haber tanta gente como en otros museos europeos.
¡Un abrazo y feliz viaje!
Estuve allí también, y como abogada te digo que allí también se cometieron crímenes, en esos Juicios. Se vulneraron derechos de defensa, se les prohibió el derecho a apelación, y se ejecutaron las condenas al día siguiente de ser dictadas.
Un crimen tan grande y abominable como el que cometieron ellos. Fueron Juicios NULOS, en nombre del “ojo por ojo”. No se impartió Justicia.
¡Hola Verónica!
Muchas gracias por pasarte por aquí tu comentario.
Nosotros no somos juristas y no entendemos de leyes, nos limitamos a visitar el lugar y a contar nuestra experiencia desde el punto de vista turístico. Es un tema muy complicado que puede herir muchas sensibilidades…
Un abrazo
No tenía ni idea que la sala aún está en uso, qué interesante visita. Me ha gustado esos pequeños detalles como la librería en el parque. Espero visitar Nuremberg y me vendrán genial vuestros consejos.
Las caminatas de brutos me suenan 😉
¡Abrazos!
¡Hola Maruxaina!
Es increíble poder pasar y sentarse en la sala del Palacio de Justicia. En la exposición están hasta los bancos de los juicios de Nuremberg. Un imprescindible en Munich para quienes nos gusta la Historia.
Un besote!