¿Cuántas veces te has planteado ir a sitio cercano a donde vives y has acabado diciendo “ya iré”? Eso nos pasaba a nosotros con Bristol. Aunque no tiene landmarks tan conocidos como otras ciudades inglesas, nuestros amigos nos hablaban muy bien, y sobre todo Andrea le tenía muchas ganas.
Y es que Bristol tiene mucha Historia: Fue importante desde el siglo XV por su puerto, pero fue en los XVII y XVIII cuando éste se convirtió en uno de los más importantes del mundo. Tenía una posición privilegiada en los intercambios comerciales (incluido el de esclavos) con las colonias británicas.
Además, tiene dos universidades que le dan bastante rollito estudiantil. Actualmente, es la octava ciudad más poblada del Reino Unido (con casi 450.000 habitantes).
¡Anota! Tiene una posición muy buena para hacer escapaditas. Está a menos de una hora en coche (y 20 minutos de tren) de la preciosa Bath, desde donde puedes también visitar Stonehenge. También está cerca de los Cotswolds, a una hora y media de Oxford y a poco más de una hora de Cardiff. Su aeropuerto tiene vuelos low cost con varias ciudades españolas.
Cómo ir a Bristol desde Londres
Bus
Como casi siempre, nos decantamos por un bus (o coach, como los llaman aquí) de National Express. Salimos de London Victoria Coach Station. Es un camino un poco largo, algo más de dos horas y media.
Los billetes cuestan entre 10 y 20 libras por persona, dependiendo del horario y la antelación.
La estación de autobuses estaba en una zona un poco “guarrindonga”, al menos cuando fuimos.

Tren
Tarda casi una hora menos, pero los precios son un escándalo. Sale de la estación de Paddington.
Qué ver en Bristol
Puente colgante de Clifton
Cómo llegar
Decidimos que lo primero que haríamos (bueno, eso fue desayunar) sería ir a visitar el puente.
Tomamos el bus número 8 para subir directamente a Clifton, un barrio residencial un poco a las afueras.
El bus se coge delante de una tienda de vestidos de novia de estilo… ejem. Cuando llegues a la estación de bus, métete por e subterráneo graffiteado. Al salir, encontrarás justo enfrente una tienda de vestidos de novia muy chonis. Hay que esperar al bus delante de esa parada. Si te lías, hay un Debenhams (grandes almacenes) al lado. Pagamos los tickets al conductor.
El barrio de Clifton
Nos bajamos en la parada de Clifton Village, para poder dar una vuelta por el barrio. Típica zona inglesa de clase media alta, con tiendas muy monas en Princess Victoria Street.
Luego cruzamos al parque del observatorio. Tiene una pequeña colinita desde la que se ven muy bien el Clifton Suspension Bridge y la Avon Gorge, la pequeña garganta sobre el río Avon.

El puente
El puente suspendido de Clifton es el emblema de la ciudad y principal atracción turística. Fue diseñado por uno de los ingenieros más famosos de la Revolución Industrial, Isambard Kingdom Brunel, y abierto al público en 1864.
Actualmente, el puente está operativo 24 horas todos los días del año y se autofinancia gracias al peaje (una libra). Los peatones cruzamos gratis.
Tiene un centro de visitantes gratuito al que no fuimos, abierto diariamente de 10 a 5, que explica sobre todo la historia de la construcción del puente.

Como teníamos tiempo, decidimos bajar de vuelta al centro andando. No está muy lejos (se supone que son unos 40 minutos, pero nosotros echamos más porque fuimos parando), y así aprovechamos para ver la ciudad bien.
Royal York Crescent
Nuestra primera parada fue en el Royal York Crescent, una construcción en semicírculo de casas victorianas a dos alturas (la de los criados y la de los señores). Es bastante llamativa, nunca habíamos visto algo parecido.

Puerto
Continuamos bajando y llegamos al puerto de Bristol, que ahora es principalmente una atracción turística, ya que el “de trabajo” se movió 11 kilómetros a las afueras de la ciudad.
Su margen derecha es un lugar muy agradable para caminar, pues tiene un paseo peatonal desde el que se puede disfrutar de diferentes terracitas y ver los barcos y las famosas casas de colores del otro lado.
Underfall Yard
Es un histórico astillero del siglo XIX, en cuya construcción también estuvo implicado Isambard Kingdom Brunel.
Sigue utilizándose para diversos trabajos relacionados con el puerto, pero con la reconstrucción se ha convertido en una de atracciones más populares de Bristol, sobre todo para los más peques. Muchos de sus edificios pueden visitarse gratuitamente, como el lugar donde obtenían la energía hidráulica, con todas sus máquinas y herramientas. Hay voluntarios que estarán encantados de explicarte lo que quieras.
¡Nunca habíamos visitado un lugar así! Pensamos que es una buena idea para dar una “segunda oportunidad” a un montón de astilleros o fábricas que ya apenas trabajan.

SS Great Britain
Seguimos caminando por el puerto hasta el SS Great Britain, un famoso barco de vapor que transportaba pasajeros entre Bristol y Nueva York en el siglo XIX. ¡Sorpresa! también fue construido por Isambard Kingdom Brunel.
Es visitable por dentro, previo pago de 14 libras. Pensamos que habría sido súper interesante, pero como teníamos poco tiempo preferimos dejarlo. Nos recordó al Cutty Sark, en Greenwich.
Desde fuera puede verse un poco el exterior del barco. Nos encantó que tienen la entrada decorada como si fuera un puerto de la época, con sus carteles y bártulos.
La tienda tiene libros interesantísimos para quien esté interesado en la historia, los viajes o la navegación.

Cruzar el río en barco
Justo enfrente del SS Great Britain, cogimos un pequeño barco que nos pasó al otro lado del río en un par de minutos por 90 céntimos.
Se puede caminar, pero se da mucha vuelta… y mola menos. Te deja frente a Millenium Promenade, una calle residencial bastante nueva.

Catedral
Este templo fue fundado en 1140 como una abadía agustiniana, se convirtió en catedral en 1542 y fue bastante dañada durante la Segunda Guerra Mundial. Las ventanas fueron reemplazadas por vidrieras con dibujos conmemorativos con enfermeras de la Cruz Roja, soldados y demás personas relacionadas con la contienda. Nos pareció muy curioso.

La de Bristol es la única catedral del país que es una “iglesia de salón”, es decir, con todas las naves a la misma altura. A nosotros la verdad es que casi todas las iglesias y catedrales inglesas nos parecen muy parecidas…
Lo que más nos gustó es el claustro. Hay que pasar por allí para salir al jardín, donde hay una cafetería. Flipamos un poco, porque la catedral está organizadísima para el turismo. Tiene hasta señoras voluntarias en la puerta repartiendo trípticos.

Al salir de la catedral, había muy buen ambiente en el College Green, con los estudiantes tumbados en el césped. Muy cerca de este lugar está uno de los dibujos de Bansky, el “Naked Man”, que nos quedamos sin ver.
Bristol City Centre Landing
Caminamos hasta el antiguo muelle del centro de la ciudad, donde han hecho una plaza con una fuente muy chula.
Al menos los findes, hay puestos de street food con, obviamente, cocina internacional.Nos decantamos por un arroz con curry, somosas vegetarianas y tacos al pastor, bien mezcladito.

Corn Street
Bristol es famosa por su aire tan fuerte, y no nos fuimos sin probarlo. Echamos a andar hacia Corn Street, una calle en el centro bastante pintoresca. Realmente no tiene más que las típicas tiendas y cafeterías de cadenas, pero ese día había mercadillo de antigüedades, artesanías y chorraditas varias que estuvimos curioseando (y chonis).

Castle Park e iglesia de St.Peter’s
Se nos estaba haciendo ya la hora de coger el bus de vuelta, así que solo pudimos pasar por el Parque del Castillo muy superficialmente. Nos dio mucha rabia, pues hemos visto fotos y pensamos que merece la pena. Es un espacio verde bastante grande, además, tiene una iglesia en ruinas ¡con lo que nos gustan!
Dónde comer en Bristol
No vimos ningún lugar que nos llamara especialmente la atención, así que picamos algo en una cafetería en el puerto y luego comimos en los puestos de street food junto al Bristol City Landing.
Como toda buena ciudad inglesa, hay un montón de cadenas en el centro, tanto en Corn St como cerca de la estación de autobuses.
Bristol es una típicamente inglesa, pero con toquecitos diferentes: marinero, estudiantil, industrial… Nos llamó muchísimo la atención la catedral, y la zona del puerto nos gustó mucho (que hiciera buen tiempo influye).
A Andrea le encantó. A mí, para una excursión desde Londres, me gustan más Brighton y Oxford, por ejemplo. ¡Súper combinable con Bath y Stonhenge para una escapadita de finde!
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4 respuestas
Qué fotos más buenas, pareja! La de las cajas con el barco de fondo es mi favorita. Enhorabuena por vuestro trabajo y dedicación en este pedazo de blog!
Muchísimas gracias, Sara!!
Nos alegramos muuuucho de que te guste 🙂
Muak!
gracias por compartir esta información tan valiosa 🙂
¡Hola Natalia!
Gracias a ti por leernos, nos alegra que te pueda ser útil.
¡Un abrazo!